Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
(5) El aire es inmortal. La piedra inerte
mi conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
(10) tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
COMENTARIO
Este poema pertenece a un ciclo de sonetos que Lorca escribió entre 1935 y 1936 y sólo aparecieron, por vez primera, publicados en su totalidad en 1986, conocidos como Sonetos del amor oscuro. Oscuro, bien como esa parte más escondida por más profunda del alma humana, oscuro como la pena negra jonda, oscuro como el lado menos visible de una persona o de un objeto, oscuro también porque se trata de un amor negado y vedado por la sociedad.
El tema del soneto es la súplica que el “yo” lírico dirige a la persona amada para que abandone su silencio y proclame su amor a través de una queja por la falta de correspondencia. El poeta expresa en tono apelativo la demanda de la correspondencia, en su doble sentido: amorosa y escrita, para que el ser amado, al que evoca en la relación apasionada que han mantenido, le manifieste su amor o lo deje sumido en el sufrimiento. Para ello, en el poema se intensifican aquellos recursos que pretenden conmover al destinatario -de un lado, a su amado, y, de otro, al propio lector- de su poesía.
Se trata de un soneto de corte clásico con un esquema tradicional de rimas: (ABBA) en los cuartetos y (CDC) (DCD) en los tercetos. Los dos cuartetos son expositivos y en ellos el “yo” lírico se dirige al objeto de deseo. El primero abre con el encabezamiento de una carta de amor , que es una queja de amor por falta de correspondencia (verso 2); sigue una honda reflexión emocional (vv. 3 y 4 ) en la que vemos cómo la espera del poeta es insoportable. El segundo cuarteto racionaliza esta postura con una afirmación certera (v. 5) y argumentos que intentan justificar su sufrimiento. En el primer cuarteto podemos identificar al “yo” lírico con un elemento de la naturaleza, “una flor que se marchita”, y piensa que prefiere su aniquilación a vivir con ese sufrimiento “vivir sin mi”.El “yo” lírico espera desesperadamente en estos versos noticias de su amor. Para dejar más clara su situación explica que él es un ser humano y, contrariamente a los seres inanimados, que no sufren el amor , sufre y padece. Por ello vuelve a suplicar las palabras de su amado, para tener esperanzas o sucumbir a la desesperación. En el primer terceto se produce una vuelta al pasado (“rasgué”, “sufrí”) donde expresa el placer acompañado de sufrimiento que sintió en su vivencia apasionada. En el último terceto , le pide a la persona amada que le escriba para saber a qué atenerse, mediante una doble alternativa en el imperativo (llena… o déjame…” vv. 12-13), para lo que apela a la conciencia del ser amado para que advierta que el amor es sufrimiento, pero por eso mismo es vida.
La formulación retórica de esta petición por carta lírica, se vale de materiales literarios y de procedimientos técnicos de numerosas corrientes estéticas . Se pueden destacar algunas procedentes de la tradición petrarquista y conceptista en una serie de elementos antitéticos y paradójicos ( “mordiscos y azucenas”, “locura- serenidad” en los versos 12 y 13, “miel helada”) que reflejan con gran claridad cómo ese sentimiento es pasional, contraproducente e incomprensible: llama a su amor viva muerte; se transfigura, sin solución de continuidad, en "tigre y paloma". El soneto también aprovecha la tradición literaria, sobre todo la poesía cortesana y, de forma más concreta, a poesía de San Juan (“Vivo sin vivir en mí/y de tal manera espero/que muero porque no muero”), y también de Santa Teresa (“Vivo sin vivir en mí/y tan alta vida espero/que muero porque no muero”), la expresión “viva muerte” del primer verso. García Lorca reutiliza los conocidos opuestos de la tradición cortés y de nuestra poesía ascética y mística para dirigirse a su amado, “Amor de mis entrañas, viva muerte” y pedirle, en un quiasmo, que le escriba, “que si vivo sin mí quiero perderte”. El aprovechamiento que hace nuestro autor de estas imágenes antitéticas de la tradición le permite comunicar su sentimiento amoroso de acuerdo con la filosofía neoplatónica, según la cual se produce la enajenación de los enamorados en el proceso de perfeccionamiento de su pasión amorosa. De ahí que el poeta pueda confesar que “si vivo sin mí” para referirse a que si vive sin su amado, “quiero perderte”, es decir, que prefiriría perderse a sí mismo, pues su existencia sólo está justificada por la de su amado, como de forma similar expresara Luis Cernuda (en 1931, en “Si el hombre pudiera decir”). Por otra parte, el sentido corporal y carnal del amor que se contiene implícitamente en los versos comentados se observa de nuevo, más abajo, en los versos 10 y 11: “tigre y paloma, sobre tu cintura/en duelo de mordiscos y azucenas”, donde la simple mención de la “paloma” -por no recalar en el sentido más inmediato que nos sugiere “sobre tu cintura”- nos invita -como veremos más abajo- a pensar en la diosa del amor, pues no en vano la paloma era el símbolo de Venus. El último terceto nos trae nuevamente otra asimilación lingüística y metafórica de la tradición neoplatónica, pues la “locura” no es sino el amor del poeta, que se identificaba como una enfermedad o locura, al perder la razón la batalla frente a la pasión amorosa. Y el amante pide a su amado que le escriba (“Llena, pues, de palabras mi locura”), “o déjame vivir en mi serena/noche del alma para siempre oscura”. El poeta se ha servido, en estos versos, de una intertextualidad procedente del título de las obras poéticas de San Juan de la Cruz:, Noche oscura del alma. El poeta granadino sigue, pues, muy de cerca la tradición poética de San Juan para ofrecernos, con sus mismas esferas semánticas un sentido radicalmente contrario, pues si el místico logra escapar de la “noche oscura” para recrearse, tras la consumación amorosa, “en la noche serena”, su realidad tiene un sentido bien distinto, ya que, ante la posibilidad de no conseguir la palabra de su amado, prefiere vivir en su “serena/noche del alma para siempre oscura”. La mayoría de estas imágenes, motivos y tópicos literarios que García Lorca toma de la tradición literaria y de la poesía de San Juan adquieren en los Sonetos del amor oscuro una clara función simbólica que termina añadiéndoles una sobrecarga misteriosa y oscura El símbolo contiene una polivalencia ilimitada, susceptible de múltiples interpretaciones, como ocurre con la presencia en el poema de uno de los símbolos lorquianos más característicos: la luna, cuya presencia en el verso 8 “Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte”, con sus connotaciones de vida, muerte y fertilidad, se inserta en esta imagen visionaria procedente del surrealismo, que relaciona los objetos por las emociones que despiertan.
Además de estas influencias literarias, encontramos una serie de tópicos ya clásicos en labios de otros poetas españoles que Lorca conoció y admiró:
• sentir es amar, cuando se deja de amar se deja de sentir:
En el corazón tenía
La espina de una pasión,
Logré arrancármela un día
Ya no siento el corazón
Antonio Machado
• El ser humano es humano porque siente para bien o para mal:
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
Y más la piedra dura porque esa ya no siente
Rubén Darío
Lorca, como poeta del 27, ha sabido reunir como nadie las diferentes influencias que convergen en la llamada edad de plata de la poesía española: vanguardia y tradición, arte puro y populismo y, sobre todo, éxito de público y de crítica. Lo demuestra en este poema al expresar, mediante sus brillantísimas metáforas y sus llamativas paradojas, un sentimiento universal en el que se auna la utilización de una estrofa clásica como el soneto con imágenes procedentes de la tradición petrarquista, de la mística e incluso del surrealismo.
Para terminar podríamos pensar que la homosexualidad no declarada de Lorca se hace más patente, si cabe, en estos versos del amor oscuro. De ahí procedería su tragedia e intensidad. Ahora bien, el sentimiento que de él emana es universal: la necesidad irrenunciable de saber la verdad sobre el origen de nuestro amor, su fundamento y su sinceridad que queda reflejada magistralmente en las oscuras metáforas y paradojas que dan forma, cual si fuera el barro de la pasión, a este soneto.
TEXTO POÉTICO
RIMA IV
Gustavo Adolfo Bécquer
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
MODELO DE COMENTARIO: Rima IV, de Gustavo Adolfo Bécquer
El poema elegido para este comentario pertenece a una de las primeras rimas, que forman parte de la obra poética de Bécquer. Lleva el número IV, por lo que pertenece a la primera parte. Las Rimas de este poeta se agrupan en cuatro grupos:
1º (I-XI): Son aquellas composiciones que hablan de la poesía.
2º (XII-XXIX): Son rimas que tratan del amor.
3º (XXX-LI): Esos poemas aluden al desengaño y a la desesperación del poeta.
4º (LII-LXXXIV): En estas poesías se manifiesta la desolación absoluta.
Como decimos, esta rima hace consideraciones sobre la poesía. En ella se reflexiona de manera reiterada acerca de los elementos que favorecen el surgir de la creación poética.
La poesía de este autor se encuadra dentro de la llamada poesía postromántica, que tiene unas características que la diferencian de la poesía propiamente romántica de autores como, por ejemplo, José de Espronceda.
Así, algunos de los rasgos de esta poesía tardía serían los siguientes:
Lenguaje depurado y profundo.
Poesía intimista (intensidad lírica).
Poesía honda.
Tendencia a la rima asonante, a los metros cortos y a las estrofas popular.
Frente a estas características, la poesía romántica tiene estos otros elementos diferenciadores:
Lenguaje sonoro y altisonante.
Poesía externa (narrativa).
Poesía superficial.
Tendencia a la rima consonante, a los metros largos y a las estrofas cultas.
En estos versos aparece una de las ideas clave de la poética becqueriana: la existencia independiente de la poesía, concebida como una fuerza universal e intemporal, que existe con independencia de los poetas. Pero, además, la condición de primer poeta moderno de Bécquer se justifica también porque fue él uno de los primeros líricos españoles preocupados por explicar su concepción del fenómeno poético. Es la suya una poesía que brota del alma como una chispa eléctrica que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artífice, desembarazada dentro de una forma libre, despierta... las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía.
Si resumiéramos el contenido del poema, diremos que la poesía existe independientemente de los poetas, porque surge del amor, del misterio de la naturaleza; por ello se identifica con interrogantes –no con certezas– y se asimila esa concepción de Bécquer, que hemos transcrito al final del párrafo anterior.
Al adentrarnos en la métrica de esta rima, veremos que Bécquer se acerca, mediante la variedad métrica, a los poetas modernistas de principio del siglo XX, mediante la exploración de diversas combinaciones de versos y rimas. Así podemos ver el uso de la combinación de endecasílabos y heptasílabos, uno de los cuales actúa como estribillo. La rima es asonante en los pares.
En la estructura de la composición observamos una rigurosa arquitectura compositiva. Aparece una estrofa introductoria que enuncia el tema desarrollado en las cuatro estrofas siguientes, en donde se produce un acercamiento gradual a la esencia de la poesía, que es el amor. Antes el autor repasa otros elementos generadores del fenómeno o inspiración poética: el primero sería la naturaleza en primavera; a continuación se refiere al misterio de la vida; por último, alude a los sentimientos contradictorios, inexplicables y los recuerdos.
Atendiendo al lenguaje y estilo, comprobamos que el paralelismo y el contraste sirven a Bécquer para subrayar desde el punto de vista sintáctico su mensaje poético. La presencia de un estribillo –mediante la reiteración de futuro imperfecto de indicativo– afirma la segura inmortalidad de la poesía (vv. 4, 12, 20, 28 y 36).
La afirmación “habrá poesía” actúa como oración principal, de la que depende una larga serie de subordinadas de carácter temporal, dentro de las cuales aparecen elementos que se repiten anafóricamente: “Mientras...”
Al final del penúltimo verso de cada estrofa se encuentra la palabra clave o símbolo de la respectiva realidad poética. La primera es “primavera”; la segunda, “misterio para el hombre”; y la tercera, “esperanzas y recuerdos”.
En cuanto a las imágenes, buscan en algunos casos sugerir armonía y unión mediante la humanización de la naturaleza. Así el aire “Lleva en su regazo” perfumes y armonías. Otros ejemplos: “Mientras las ondas de la luz al beso / palpiten encendidas, / mientras el sol las desgarradas nubes / vista de fuego y oro”.
Por último, en cuanto a la conclusión de este comentario, diremos que la rima analizada responde a los aspectos teóricos sobre la poesía de Bécquer. En primer lugar, la pertenencia de este poema a un grupo identificado de composiciones que indagan sobre la poesía; en segundo, que también responde a esa concepción de la poesía postromántica descrita más arriba, en donde predomina el sentimiento y la hondura poética.
Consejos para hacer un buen comentario de textos literarios:
• Consultar previamente los datos de la historia literaria que se relacionan con el texto (época, autor, obra…)
• Evitar parafrasear el texto, es decir, repetir las mismas ideas a las que éste se refiere, pero de forma ampliada.
• Leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor quiso expresar.
• Delimitar con precisión lo que el texto dice.
• Intentar descubrir cómo lo dice.
• Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado; buscar todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto.
• Seguir un orden preciso en la explicación que no olvide ninguno de los aspectos esenciales.
• Expresarse con claridad, evitar los comentarios superfluos o excesivamente subjetivos.
• Ceñirse al texto: no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos a él.
• Ser sincero en el juicio crítico. No temer expresar la propia opinión sobre el texto, fundamentada en los aspectos parciales que se hayan ido descubriendo.
Así pues, comentar un texto consiste en relacionar de forma clara y ordenada el fondo y la forma de ese texto y descubrir lo que el autor del mismo quiso decirnos. Puede haber, por tanto, distintas explicaciones válidas de un mismo texto, dependiendo de la cultura, la sensibilidad o los intereses de los lectores que lo realizan.
Para llevar a cabo el análisis conviene seguir un método, establecer una serie de fases o etapas en el comentario que nos permitan una explicación lo más completa posible del texto.
2.1. Etapa previa: Lectura comprensiva y localización del texto
La comprensión del texto.
La etapa previa a cualquier comentario consiste en realizar una lectucra rigurosa que nos permita entender tanto el texto completo como cada una de las partes que lo forman. Para ello lo leeremos cuantas veces sean necesarias, intentando solucionar las dificultades que nos plantea. En esta fase será necesario utilizar diccionarios, gramáticas y otros libros de consulta.
La localización del texto.
Los textos pueden ser fragmentos u obras íntegras, y, por lo general, pertenecen a un autor que ha escrito otras obras a lo largo de su vida. Por eso es imprescindible localizar el texto que se comenta, es decir identificar algunos datos externos como los siguientes:
• Autor, obra, fecha, periodo.
• Relación del texto con su contexto histórico.
• Características generales de la época, movimiento literario al que pertenece el texto. Relación con otros movimientos artísticos y culturales del momento.
• Características de la personalidad del autor que se reflejan en el texto.
• Relación de esa obra con el resto de la producción del autor.
• Situación del fragmento analizado respecto a la totalidad de la obra.
El género literario y la forma de expresión
Es importante delimitar el género y subgénero literario al que pertenece el texto, señalando aquellos aspectos en los que el autor sigue los rasgos propios del género y aquellos otros en los que muestra cierta originalidad o innovación.
Los textos pueden pertenecer a los más diversos géneros literarios:
• Géneros épico- narrativos como: Epopeya, Cantar de gesta, Romance, Novela, Cuento, Leyenda, Cuadro de costumbres…
• Géneros líricos como: Oda, Canción, Elegía, Romance lírico, Epigrama, Balada, Villancico, Serranilla…
• Géneros dramáticos como: Tragedia, Comedia, Drama, Tragicomedia, Auto Sacramental, Paso, Entremés, Jácara, Loa, Baile, Mojiganga, Sainete…
• Géneros didáctico ensayísticos como: Epístola, Fábula, Ensayo, Artículo…
En este apartado conviene analizar:
• El género y subgénero del texto. Rasgos generales.
• Aspectos originales
• Forma de expresión utilizada por el autor: narración, descripción, diálogo…
• Prosa o verso y peculiaridades del texto derivadas de ello.
2.2. Análisis del contenido
En esta fase deben analizarse el argumento, el tema o idea central que el autor nos quiere transmitir, su punto de vista y la forma en que estructura el mensaje.
•Para hallar el argumento preguntaremos: ¿Qué ocurre?
•Para delimitar el tema: ¿Cuál es la idea básica que ha querido transmitir el autor del texto?.
•Para analizar la estructura: ¿Cómo organiza el autor lo que quiere decir en unidades coherentes relacionadas entre sí?
•Para descubrir la postura del autor: ¿De qué forma interviene el autor en el texto?
Argumento y tema
Hallar el argumento de un texto es seleccionar las acciones o acontecimientos esenciales y reducir su extensión conservando los detalles más importantes. El argumento puede desarrollarse en uno o dos párrafos.
Si del argumento eliminamos todos los detalles y definimos la intención del autor, lo que quiso decir al escribir el texto, estaremos extrayendo el tema. Este ha de ser breve y conciso: se reducirá a una o dos frases.
Al analizar el tema de un texto habrá que señalar también los tópicos y motivos literarios que puedan aparecer en el texto: locus amoenus, beatus ille, etc…
La estructura del texto
Si nos detenemos en la forma en que el autor ha compuesto el texto y en cómo las distintas partes del mismo se relacionan entre sí, estaremos analizando la estructura.
Para hallar la estructura de un texto hay que delimitar en primer lugar sus núcleos estructurales. Estos pueden estar divididos a su vez en subnúcleos. Además, hay que determinar las relaciones que se establecen entre ellos.
El esquema estructural clásico es el de introducción desarrollo, climax y desenlace, pero los textos pueden organizarse de otras formas:
• La disposición lineal: los elementos aparecen uno detrás de otro hasta el final.
• La disposición convergente: todos los elementos convergen en la conclusión
• La estructura dispersa: los elementos no tienen aparentemente una estructura definida, ésta puede llegar a ser caótica .
• La estructura abierta y aditiva: los elementos se añaden unos a otros y se podría seguir añadiendo más.
• La estructura cerrada, contraria a la anterior, etc.
ir arriba
Postura del autor en el texto y punto de vista
El contexto
El contexto es el ámbito de referencia de un texto. ¿Qué entiendo por ámbito de referencia?. Todo aquello a lo que puede hacer referencia un texto: la cultura, la realidad circundante, las ideologías, las convenciones sociales, las normas éticas, etc.
Pero no es lo mismo el contexto en que se produce un texto que el contexto en el que se interpreta. Si nos ceñimos a los textos literarios escritos, como mínimo cabe distinguir entre el contexto del autor y el contexto del receptor. Sin duda el ámbito de referencia de un autor al escribir su obra es distinto del ámbito de referencia del receptor; la cultura del autor, su conocimiento de la realidad circundante, su mentalidad, sus costumbres, no suelen coincidir con la cultura, el conocimiento de la realidad, la mentalidad o las costumbres de sus lectores. Más aún, no es posible hablar de los lectores como una entidad abstracta, porque son seres individuales, cuyos contextos son asimismo diferentes, por muy pequeña que sea la diferencia.
Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos. Castalia.
En este apartado se comentará el modo en que el autor interviene en el texto. Éste puede adoptar una postura objetiva o subjetiva, realista o fantástica, seria o irónica…etc.
Hay que analizar también desde dónde relata la historia (desde afuera, desde arriba, etc.), si aparece o no el narrador y qué punto de vista adopta: tercera persona omnisciente, tercera persona observadora, primera persona protagonista, primera persona testigo, etc.
Tipos de narrador
• Tercera persona limitada: el narrador se refiere a los personajes en tercera persona, pero sólo describe lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje.
• Tercera persona omnisciente: el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los hechos que no han sido presenciados por ningún personaje.
• Tercera persona observadora: el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara desde fuera, no puede describir el interior de los personajes.
• Primera persona central: El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia en primera persona.
• Primera persona periférica: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista.
• Primera persona testigo: un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los acontecimientos.
• Segunda persona narrativa: El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo del proatagonista consigo mismo.
José María Díez Borque. Comentario de textos literarios. Playor. (Adaptación)
2.3. Análisis de la forma:
Hemos visto como el fondo y la forma de un texto están íntimamente unidos. Por eso en esta fase del comentario se ha de poner al descubierto cómo cada rasgo formal responde, en realidad, a una exigencia del tema. En este apartado habremos de analizar:
El análisis del lenguaje literario
Nos detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.
El análisis métrico de los textos en verso
Ritmo, medida, rima, pausas, encabalgamientos, tipos de versos y estrofas utilizadas, etc.
La exposición de las peculiaridades linguísticas del texto
• Plano fónico: se analizarán las peculiaridades ortográficas, fonéticas y gráficas del texto que tengan valor expresivo.
• Plano morfosintáctico: se prestará atención a aspectos como los siguientes: acumulación de elementos de determinadas categorías gramaticales (sustantivos, adjetivos, etc.); uso con valor expresivo de diminutivos y aumentativos, y de los grados del adjetivo; presencia de términos en aposición; utilización de los distintos tiempos verbales; alteraciones del orden sintáctico; predominio de determinadas estructuras oracionales…
• Plano semántico: se analizará el léxico utilizado por el autor, la presencia de términos homonímicos, polisémicos, sinónimos, antónimos, etc; y los valores connotativos del texto.
2.4. El texto como comunicación
Los lectores dan vida al texto
Los lectores de textos literarios solemos detenernos en la interpretación de los matices significativos que adquieren ciertas palabras o expresiones en los contextos en que aparecen, porque estimamos que el autor lo ha escrito así con una intención determinada. Otra cosa es que demos precisamente con la clave de esa intención comunicativa del autor; a menudo será punto menos que imposible. Imaginemos la interpretación de un texto literario medieval; averiguar exactamente lo que quiso decir el autor requeriría una reconstrucción arqueológica de la época y el lugar en el que fue escrito el texto, una reconstrucción de la cultura que tenía el autor y aun de la que tenían los lectores a quienes se dirigía.
Es posible, en cambio, que indaguemos la intención comunicativa del texto, porque, como lectores, proporcionamos vida al texto cuando lo leemos; si no, sería un libro cerrado, muerto. La intención comunicativa del texto es aquella que el lector obtiene del texto, lo que a él le comunica.
Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos. Castalia.
Una de las características básicas de la comunicación literaria es la separación que existe entre el emisor y el receptor de la obra. El emisor es el autor, pieza fundamental de la comunicación literaria, pues es quien enuncia el mensaje. El significado de un texto depende, en primer lugar, de la intención de su autor que, a la hora de escribir está influenciado por su sistema de creencias y el contexto histórico social al que pertenece, entre otros condicionamientos. El receptor es el lector de la obra. Cada lector hace "su propia lectura", según sus características personales y el contexto histórico social al que pertenece. Así pues, al analizar el texto como comunicación habrá que atender a los siguientes aspectos:
• Funciones del lenguaje que predominan en el texto. Actitud del autor ante el lector: ¿Se dirige directamente a él?
• Reacción que la lectura provoca en nosotros como lectores: emoción, identificación, rechazo, etc.
• Intención comunicativa dominante en el texto: informativa, persuasiva, lúdica…
• Posición del autor ante el sistema de valores de su época.
2.5. Juicio crítico
En este apartado se trata de hacer balance de todas las observaciones que hemos ido anotando a lo largo del comentario y expresar de forma sincera, modesta y firme nuestra impresión personal sobre el texto:
• Resumen de los aspectos más relevantes analizados en el comentario.
• Opinión personal.
GUÍA PARA UN COMENTARIO LITERARIO
1. LECTURA COMPRENSIVA
Consiste en la lectura detenida y comprensiva del texto. Conviene tomar notas en un borrador o sobre el propio texto. Hay que leer varias veces hasta estar seguros de haber comprendido el sentido literal y el connotativo.
2. CONTEXTUALIZACIÓN, LOCALIZACIÓN O ADECUACIÓN
• Relaciona la obra con el autor, su vida y su obra.
• Sitúala dentro del contexto histórico e ideológico de su tiempo.
• Relaciona la obra con el contexto literario (época o movimiento literario) y con las características del género al que pertenece. Debes mencionar sólo aquellas que influyen directamente en el texto u obra que vas a comentar.
• Si lo que analizas es un fragmento, ubícalo dentro de la obra a la que pertenece y relaciona ésta con el resto de la obra del autor. Indica también fecha, época, corriente literaria o influencias.
• Analiza/menciona todos los aspectos que sean importantes: intención del autor, destinatario, clase de escrito, punto de vista del narrador/voz poética...
3. TEMA
Establecer el tema es delimitar la idea central que origina y da sentido al texto. Hay que prescindir de los datos anecdóticos.
• Determina el tema o temas presentes. Si aparecen tópicos literarios deberás mencionarlos y explicarlos. (La formulación de los temas ha de ser breve y concisa)
• Relaciona el/los tema/s con el periodo literario y con la producción del autor
• Resume brevemente el argumento.
• Si se trata de un texto poético, alude al emisor y al receptor poéticos.
• Si se trata de un texto narrativo, menciona los brevemente los elementos constituyentes de este tipo de texto: punto de vista (narrador), personajes, espacio y tiempo. (Después los ampliarás en el comentario)
• Si es un texto teatral, deberás mencionar el espacio, tiempo, las acotaciones (si las hay) y los personajes que intervienen. Haz también referencia al tipo de diálogo que mantienen: respuestas rápidas, lentas, monólogo, aparte…
4. ESTRUCTURA
4.1 ESTRUCTURA EXTERNA
• Si se trata de un texto poético, realiza el análisis métrico: medida, rima, estrofa, poema…
• Si es un texto narrativo, indica cuántos párrafos o capítulos lo forman
• Si es un texto teatral indica los cambios de escena o de acto y los diferentes planos que aparezcan: apartes, conversaciones cruzadas...
4.2. ESTRUCTURA INTERNA(partes en las que se articula o desarrolla el contenido)
• Divide el texto en partes teniendo en cuenta el desarrollo lógico del contenido, la evolución del los temas. Para hacer la división puedes tener en cuenta diversos factores:
• Las estructuras propias de los géneros y de los modos de elocución: por ejemplo, narración (planteamiento, nudo y desenlace, estructura circular, final abierto, etc.) texto teatral (monólogo, diálogo rápido, aparte…) exposición (exordio, narración, argumentación, epílogo)…
• La división en párrafos o estrofas
• Los conectores textuales
• Los cambios de tema
• El uso de los tiempos verbales…
5. ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL CONTENIDO
Siguiendo el los apartados que has propuesto en la estructura interna, comenta el desarrollo de los temas que se da en las diferentes partes explicando no sólo qué se dice, sino también cómo se dice. Es la parte más extensa del comentario. Describe la relación entre el contenido del poema y los recursos estilísticos presentes en el texto. Tienes que analizar la lengua del texto, los recursos fónicos, morfosintácticos, semánticos y estilísticos y relacionarlos con el desarrollo del tema y con la intención del autor.
• Para que no olvides nada, aquí tienes algunas de las cuestiones lingüísticas y estilísticas que siempre debes tener presentes y que te ayudarán a determinar la estructura y el desarrollo temático de un texto:
o Aspectos fónicos: modalidades oracionales, métrica y peculiaridades fonéticas.
o Aspectos morfosintácticos: personas y tiempos verbales, estructuración sintáctica (conectores), abundancia de adjetivos, sustantivos o verbos:
Análisis de los sustantivos (concreto, comunes, abstractos...)
Análisis de los adjetivos (especificativos, epítetos, sensoriales, evocativos, ponderativos…)
Análisis de los pronombres (personas gramaticales, uso enfático, afectivo…)
Análisis de los determinantes y verbos
Estudio de la sintaxis (por ej., en una descripción impresionista predominan las oraciones breves, simples o yuxtapuestas; en un argumentación retórica, los periodos son largos y subordinados.)
o Aspectos léxico-semánticos: campos semánticos predominantes, tecnicismos, neologismos, cultismos, presencia de mitos o tópicos, connotación o denotación. Estudio del registro lingüístico…
o Aspectos estilísticos: Debes señalar las figuras retóricas o estilísticas que aparecen en el texto y relacionarlas con el contenido: aliteraciones, comparaciones, metáforas, repeticiones...
o Aspectos textuales: los modos de elocución (narración, descripción, diálogo, argumentación...)
o Tipo de lenguaje: culto, común, coloquial...
6. CONCLUSIÓN Y SÍNTESIS
Valora el texto teniendo en cuenta los aspectos más relevantes que habrás comentado arriba. Debes resumir con un breve texto las cuestiones que más te hayan llamado la atención por su fuerza expresiva, por su originalidad y representatividad.
GUÍA DEL COMENTARIO LITERARIO DE TEXTOS
El comentario de textos consiste en explicar, paso a paso, la necesaria conexión entre expresión y contenido. Es un proceso activo de ejercitación intelectual que ayuda a:
Comprender aquello que estudiamos y, por tanto, nos facilita su interpretación.
Desarrollar la capacidad crítica de análisis y síntesis.
Potenciar los recursos intelectuales, ya que ponemos en juego importantes funciones mentales: capacidad de memoria, de abstracción, de observación, de relación de conocimientos…
Para comentar un texto literario seguiremos los siguientes pasos:
I.- LECTURA ATENTA DEL TEXTO
Lectura comprensiva. Lee el texto cuantas veces sean necesarias hasta entenderlo completamente y hacerte una idea del asunto general que trata.
Busca en el diccionario todas las palabras cuyo significado no te resulte completamente claro, interesándote sólo por la acepción que conviene al texto.
Debes comprender el texto, pero no tratarás de interpretarlo todavía.
Numera los versos (si se trata de un poema) o líneas (si el texto está en prosa) de cinco en cinco.
II.- LOCALIZACIÓN
Señala el género literario al que pertenece el texto.
Concreta qué técnica de expresión se emplea: narración, descripción, diálogo, exposición o argumentación.
Determina si se trata de un texto independiente o de un fragmento:
Si se trata de un texto independiente o completo, debes localizarlo en el punto exacto de la trayectoria artística del escritor.
Si se trata de un fragmento, debes situarlo dentro de la obra a la que pertenece y ésta dentro de la obra total del escritor.
Localiza al autor en su movimiento literario concreto, relacionando los mensajes principales del texto con las actitudes estéticas de la época en que se escribe.
III.- DETERMINACIÓN DEL TEMA
Resume el contenido del texto en unas pocas frases –sin necesidad de plasmarlo por escrito- para ayudarte a saber exactamente lo que el autor quiere expresar.
Indica el tema del texto, que debe recoger la idea central o asunto, incluyendo, a ser posible, la intención del emisor en un enunciado conciso y sencillo.
IV.- DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA
Externa:
Estructura métrica, rima, acentuación, estrofa, composición (si se trata de un texto poético).
Parlamentos, monólogos, apartes, acotaciones y división en escenas, cuadros o actos (si el texto es teatral).
División en párrafos, según las formas de expresión: sucesión de pasajes narrativos, descriptivos o dialogados; exposición, argumentación... (si el texto pertenece al género narrativo).
Interna:
Indica los apartados del texto, procurando que éstos sean poco numerosos y considerando que no tienen por qué coincidir necesariamente con las estrofas (si el texto está en verso) o con los párrafos (si el texto está en prosa). No olvides que puede haber textos sin estructura aparente.
Los apartados se pueden determinar siguiendo diversos criterios: modulaciones distintas del tema, contenido argumental, actitud del autor, predominio de las personas líricas, funciones del lenguaje, etc..
El comentario sobre la estructura interna no se puede limitar a indicar las líneas que ocupa cada parte, sino que debes analizar cómo evoluciona el tema del texto o la actitud del autor, etc.
V.- ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL TEMA
Hay una estrecha relación entre el tema y la forma. El tema de un texto está presente en los rasgos formales de ese texto.
El análisis consiste en justificar cada rasgo formal del texto como una exigencia del tema o del movimiento estético al que pertenece, en comprobar cómo la expresión utilizada consigue intensificar el contenido, en analizar el efecto estético que producen los recursos empleados porque sólo así nos acercaremos a la verdadera comprensión de la obra de arte.
Ante todos los rasgos formales y aun ideológicos que nos vayan llamando la atención, nos preguntaremos “¿por qué esto?” y trataremos de justificarlo como una exigencia del tema.
En los textos narrativos:
Diferencia bien las palabras del narrador de las de los personajes.
Explica cómo es el narrador, según el grado de conocimiento de la acción y de los personajes y de su grado de implicación en la acción: omnisciente, objetivo, testigo de los hechos, narrador personaje...
Habla de los personajes que aparecen en el texto: ¿cómo son? ¿a qué clase social representan? ¿qué papel desempeñan en la obra? ¿qué punto de vista adopta el autor frente a ellos? ¿cómo están caracterizados?:
Caracterización directa: lo que de él dice el narrador u otro personaje, o lo que dice él de sí mismo.
Caracterización indirecta: la información que sobre él recibimos a través de sus actos y de lo que dice.
Habla del espacio aludido en el texto. El espacio es el lugar o lugares donde suceden las acciones: citado / descrito; en algún lugar / en ningún lugar; espacio único / espacio itinerante; real / simbólico; cerrado / abierto; urbano / rural, etc.
Comenta también el tiempo aludido en el texto:
Externo (localización de la acción en el tiempo histórico): fechas –datación-, pasado, presente y futuro –marcas temporales-; ucronía o situación de la acción fuera del tiempo real, etc.
Interno (duración de los hechos que se relatan en la narración).
Psicológico (tiempo o ritmo narrativo que puede ser lento o rápido independientemente del tiempo real que transcurra): lento / rápido; condensación narrativa; concordancia o no del tiempo narrativo y del real; ralentización o aceleración; saltos o detenciones del tiempo narrativo...
Orden de la narración: Cronológico (lineal / discontinuo –elipsis temporales); alterado (analepsis o retrospección –proyección hacia atrás- /prolepsis o prospección –proyección hacia delante); circular; paralelístico.
En los textos teatrales:
Habla de los personajes que aparecen en el texto: ¿cómo son?, ¿a qué clase social representan?, ¿qué papel desempeñan en la obra?, ¿cómo están caracterizados?...
Diálogo: verso / prosa, declamatorio / conversacional; lento (parlamentos largos) / rápido (parlamentos cortos); diálogo dentro del diálogo (se reproduce por un personaje lo que otro u otros han dicho).
Acotaciones: gestualidad, movimientos, vestuario, sonido, decorado, iluminación....
Habla del espacio y el tiempo aludidos en el texto.
Determina el conflicto de la escena con su correspondiente clímax, si lo hubiera.
VI.- CONCLUSIÓN
Balance o síntesis de nuestras observaciones reducidas a sus líneas más generales. Fundamentalmente puedes contrastar de forma breve lo que dice el autor y lo que quiere decir.
Impresión personal sincera, modesta y firme, tratando de huir de fórmulas hechas o demasiado generales. Enjuicia el interés del texto por su actualidad, su intemporalidad, su originalidad, su estilo, etc.
GUÍA DEL COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE TEXTOS :
Siguiendo el esquema típico de una argumentación, se te pide que elabores una respuesta que conste de los siguientes apartados:
I.- INTRODUCCIÓN O PLANTEAMIENTO
Incorpora la clasificación general del texto:
Tipo de texto, atendiendo a su ámbito temático: literario, científico-técnico, jurídico-administrativo, periodístico, humanístico, publicitario.
Género al que pertenece:
Del ámbito literario: narrativa, poesía, teatro, ensayo.
De ámbitos no literarios:
Del ámbito científico-tecnológico: artículo científico, informe, instrucciones...
Del ámbito jurídico-administrativo: demanda, sentencia, recurso, edicto, ley, acta, oficio, certificado, notificación, anuncio, circular, formularios, instancia, contrato, bando...
Del ámbito periodístico: noticia, entrevista, reportaje, editorial, crónica, crítica, artículo de opinión...
Del ámbito humanístico: textos históricos, ensayo, artículo periodístico, diálogo filosófico, memorias, biografía, diario, discurso político o doctrinario...
Del ámbito publicitario: anuncio.
Técnica de expresión empleada. Lo más habitual es que varias técnicas expresivas aparezcan mezcladas en el mismo escrito:
Narración. Cuenta una serie de sucesos, reales o imaginarios, protagonizados por personajes en un tiempo y en un espacio determinados: chiste, cuento, leyenda...
Descripción. Explica o da a conocer las características de algo o de alguien. También abarca los textos instructivos en los que se describen los pasos a seguir para alcanzar un determinado fin: recetas de cocina, reglas de juego... Suelen ser secuencias textuales que se incluyen dentro de otro texto.
Diálogo. Puede ser espontáneo (una conversación) o planificado (conferencia, debate, entrevista, etc.).
Exposición. Explica y desarrolla un tema o una idea con la intención de mostrar y explicar o hacer más comprensibles dichas informaciones: libros de texto o de divulgación, enciclopedias, ensayos científicos...
Argumentación. Defiende una teoría o una opinión personal mediante unos razonamientos que pretenden convencer: artículos de opinión, columnas, ensayos filosóficos, sentencias judiciales...
II.- DESARROLLO
Trata de justificar la clasificación anterior teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Coherencia del texto. Responde a: ¿cuál es el asunto?, ¿tiene unidad temática?, ¿qué tema se aborda?, ¿qué relación guarda el título con el contenido del texto?, ¿tiene unidad estructural?, ¿cuál es su estructura externa e interna?, ¿hay relación entre las partes?, ¿qué tipo de estructura adopta?, ¿hay jerarquía, orden y progresión temática en la información?, ¿de qué clase son los argumentos empleados?, ¿tiene congruencia semántica o cae en contradicciones?, ¿es relevante lo que dice?, ¿es inteligible e interpretable?, ¿qué procedimientos de énfasis o de función marco se utilizan?
Adecuación del texto. Este apartado responde a las siguientes cuestiones: ¿Es adecuado el texto a la temática tratada?, ¿quién es el emisor y qué conocimiento del mundo tiene?, ¿es objetivo o subjetivo?, ¿qué mecanismos de modalización emplea?, ¿con qué propósito o finalidad se emite el texto?, ¿qué tipo de texto es?, ¿cuáles son las funciones del lenguaje predominantes?, ¿a qué tipo de receptor va dirigido?, ¿qué nivel de formalidad presenta?, ¿cuál es la distancia social representada?, ¿es un acto comunicativo unilateral o bilateral?, ¿se trata de un texto divulgativo o especializado?, ¿cuál es el canal empleado?, ¿qué variedad geográfica de la lengua se ha utilizado?, ¿cuál es el nivel de uso de la lengua?
Cohesión del texto. Responde a: ¿qué mecanismos lingüísticos favorecen la percepción del texto como una unidad?, ¿son herramientas que cohesionan organizando (conectores) y/o relacionando los elementos del texto (entonación, tiempos verbales, elipsis, impersonalidad, deixis, mecanismos léxicos, relaciones semánticas)?.
Estilística del texto. Responde a: ¿el estilo es ampuloso y recargado (contiene palabras inútiles, expresiones redundantes, circunloquios, asonancias, cacofonías o abuso de pronombres, repeticiones e incisos) o más bien clásico y sencillo (enunciados breves y siguiendo un orden lógico, redacción objetiva sin adornos inútiles, precisión del léxico, brevedad, claridad)? ¿se incurre en algún vicio de lenguaje: pobreza léxica, lenguaje afectado o impreciso, ambigüedad? Debes comentar los valores expresivos de la lengua empleada por el autor y tratar de justificarlo como una exigencia del tema tratado: predominio de denotación o connotación, campos semánticos determinados, modalidades oracionales, tipos de oraciones, clases de palabras y los matices expresivos que aportan, recursos literarios...
III.- CONCLUSIÓN
Comprende dos partes:
Balance breve o síntesis de tus observaciones más generales que corroboren, en un solo párrafo, la clasificación del texto realizada en la introducción.
Impresión personal sincera, modesta y firme, tratando de huir de fórmulas hechas o demasiado generales. Valora brevemente si el autor consigue su propósito (orientar la opinión del lector, modificar su conducta, informarlo, etc.) y enjuicia el interés del texto por su actualidad, su intemporalidad, su originalidad, etc.
SELECTIVIDAD
Los resultados de la prueba de selectividad de este año
revelan, al menos en Cataluña, que la media de alumnos ha obtenido un suspenso
en matemáticas aplicadas, en ciencias sociales, en lengua y literatura, en
física y química. La estadística de que dispongo no indica qué asignatura es un
coladero de tal calibre que ha permitido que el 87% de los alumnos presentados
haya aprobado con una nota media de 5,8.
El fenómeno no es nuevo ni nos
pilla desprevenidos y las voces que reiteran la gravedad de la situación lo
hacen con aire desesperanzado. El mundo es cada día más competitivo y nosotros
más incompetentes. Supongo que se refieren a nuestra incompetencia en el terreno
de la ciencia y la tecnología, cosa que a mí me preocupa poco. Que la mayoría no
pase el examen de química tiene una importancia relativa. Sólo se necesita un
número determinado de químicos para atender las necesidades de la comunidad. Al
resto nos basta con saber que el detergente de la lavadora no debe ingerirse.
Más preocupante es el pobre resultado obtenido por los estudiantes en el
apartado de lengua, porque considero importantísimo que todo el mundo sea capaz
de entender y expresar de palabra y por escrito ideas que vayan más allá de lo
visceral y lo estrictamente deportivo, y esto, aunque nadie lo crea, sólo se
aprende estudiando. Pensar que una cosa es hablar y escribir y otra distinta la
gramática es un error muy extendido. Para comprobarlo sólo hay que acudir a los
medios de difusión, donde advertirá que, aparte de algunos profesionales, el
ciudadano se expresa como un protozoo. En el lenguaje oral, los gritos y los
desplantes, algunos acentos locales, la imitación de defectos físicos y un
casticismo barato disimulan la magnitud de la catástrofe. Por escrito, ni eso.
Frente a esta situación, los políticos encogen sus anchos hombros. La enseñanza
es un problema insoluble: alumnos reacios, profesores deprimidos, presupuesto
insuficiente y un plan de estudios enmarañado e ineficaz. Sí, el resultado es
malo, pero otros años fue peor. El mismo razonamiento que se aplica, por estas
mismas fechas, a los incendios forestales. Y expuesto con un rigor y una
elocuencia que en la prueba de selectividad sacaría, con suerte, un 3 pelado.
MENDOZA, Eduardo: Selectividad. EL PAÍS, 12-VII-2004.
MODELO DE COMENTARIO: “SELECTIVIDAD”, de Eduardo Mendoza
Nos encontramos frente a un texto periodístico, pues se caracteriza por transmitir la información de una manera inmediata (la fecha del texto demuestra esa inmediatez de la información en relación a los hechos contados o comentados), por tratar temas conectados con la realidad (en este caso, el pobre dominio de nuestra lengua demostrado por los resultados del examen de selectividad), y su intención de homogeneizar y orientar ideológicamente a los destinatarios (el autor claramente pretende convencernos de la necesidad de expresarnos correctamente).
En cuanto al género, el texto pertenece a los denominados de interpretación, ya que el periodista cuenta los hechos (malos resultados de Selectividad) y los comenta mostrando su preocupación sobre todo por el fracaso concreto en el área de lengua. Se trata, por consiguiente, de un artículo de opinión, concretamente una columna, dada su breve extensión en la que predomina la subjetividad del emisor (“considero importantísimo”, tercer párrafo) y una clara finalidad didáctica, pues el escritor nos invita a reflexionar sobre el mal uso que hacemos de nuestra lengua. Por otra parte, el artículo no se somete a una rígida estructura y está firmado por un escritor de renombre, ajeno suponemos a la plantilla del periódico en que aparece el texto y que mantiene el interés a lo largo del escrito.
El autor emplea la técnica expresiva de la exposición-argumentación, como corrobora el que informe sobre los hechos (el pésimo empleo de la lengua) y lo argumente (“Los resultados de la prueba de selectividad” , línea 1; “el ciudadano se expresa como un protozoo”, tercer párrafo). Como argumentaciones esenciales, recurre al apoyo proporcionado por las estadísticas (párrafo primero), a la analogía con el fracaso en otras áreas del saber (química, por ejemplo), a los ejemplos seleccionados de los medios de comunicación (tercer párrafo), a la desmotivación generalizada en el terreno de la enseñanza (tercer párrafo), etc. Son precisamente estas argumentaciones las que contribuyen también a dar coherencia y sentido al texto, ya que la defensa de la idea del autor se construye en torno a ellas.
Continuando con la coherencia, la tesis o tema defendido por el autor y que se constituye en el eje sobre el que gira todo el contenido del texto, se encuentra al principio del tercer párrafo, donde se defiende la necesidad de que todos sepamos entender y expresar correctamente las ideas y el único medio de aprenderlo es estudiando. En el presente caso, se han empleado como centro de interés de la información hechos culturales en relación con acontecimientos de actualidad (los resultados de selectividad).
La postura del autor ante el tema queda fijada ya en el primer párrafo como una mirada escéptica ante el dramático tema del mal empleo que hacemos de la lengua. Esta postura está presente en todo el texto e igualmente contribuye a darle coherencia.
El texto, estructurado externamente en tres párrafos de desigual extensión, se organiza internamente en tres apartados:
Planteamiento. Comprende todo el primer párrafo y nos informa de que, pese a los malos resultados generales de selectividad, los alumnos –gracias a alguna asignatura coladero- han obtenido una nota media de 5,8.
Desarrollo (párrafo segundo y casi la totalidad del tercero). El autor expone los posibles motivos de tan nefastos resultados y su preocupación por los mismos, sobre todo en lo que atañe a la lengua.
Conclusión (seis últimas líneas). El autor apela con desesperanza a los que únicamente podrían resolver tal situación: los políticos y todos los sectores implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El título escueto del escrito (“Selectividad”) alude a un hecho concreto que ha constituido el detonante para la reflexión expresada por el escritor; por tanto, está perfectamente relacionado con el texto y resulta muy significativo.
En cuanto a la propiedad textual de la adecuación, comenzaremos mencionando que el emisor del texto emplea la primera persona verbal (“la estadística de que dispongo”, párrafo primero) haciéndose presente en todo momento, y manifiesta su conocimiento del mundo mediante el empleo de datos tomados inmediatamente de la realidad (la estadística de selectividad, la situación en los centros de enseñanza, etc.), alusiones a diferentes áreas del saber (química, gramática…), el empleo de tecnicismos científicos (“protozoo”)… Este conocimiento del mundo se muestra también a través del empleo de una cita en estilo indirecto encubierto (“El mundo es cada día más competitivo y nosotros más incompetentes”, segundo párrafo), pues desaparece el verbo de lengua y se añade una expresión citativa (“las voces que reiteran la gravedad de la situación”, segundo párrafo).
El código está utilizado en su registro estándar, pues no presenta grandes variaciones sociales ni dialectales y se dirige, por tanto, a un lector muy heterogéneo, el lector de prensa, a quien aplica un tratamiento respetuoso que confiere al texto cierto grado de formalidad, como demuestra el uso de la tercera persona verbal en “advertirá” (tercer párrafo). En este sentido, se puede decir que existe adecuación entre el mensaje, el código y el registro lingüístico empleado.
El enfoque del autor es claramente subjetivo, tanto por la postura escéptica ante el tema, como por la selección de ejemplos que lleva a cabo (examen de selectividad, medios de comunicación…). Dicha postura subjetiva se manifiesta mediante distintos mecanismos de modalización: expresiones que denotan el grado de certeza con que se afirma lo dicho (“Que la mayoría no pase el examen de química tiene una importancia relativa”); la valoración negativa que hace de la realidad comentada mediante el léxico empleado (“Más preocupante es el pobre resultado…”); verbos volitivos en primera persona (“Al resto nos basta con saber…”); y la ironía presente en las últimas líneas del texto.
La función lingüística que predomina, además de la representativa (“Los resultados de la prueba de selectividad de este año revelan…”), es la expresiva, ya que el texto refleja las creencias y opiniones del autor (“Pensar que una cosa es hablar y escribir y otra distinta la gramática es un error muy extendido”).
El autor no utiliza muchos nexos ni marcadores para dar cohesión al texto. Para lograrla, ha recurrido fundamentalmente a los verbos en tiempo presente (“revelan”, “indica”, “es”, etc.). Además, emplea el párrafo partido, es decir, expresa una misma idea en dos párrafos unidos por expresiones de transición (“Más preocupante…”, que facilita visualmente la lectura apresurada del receptor de prensa. También encontramos la recurrencia presente en el sustantivo “fenómeno” que enlaza directamente con la curiosa contradicción expuesta en el primer párrafo; la repetición de la misma palabra (“resultados”). También sirve de cohesión el uso de deícticos de primera persona (“dispongo”, “me preocupa”, “considero”…), la deixis social presente en la alusión al receptor contenida en la palabra “advertirá” o la utilización del plural inclusivo (“El fenómeno no es nuevo ni nos pilla desprevenidos”) mediante el cual el emisor implica al destinatario en su propia opinión.
El estilo del autor está marcado por el uso de las siguientes figuras: estructuras paralelísticas de sustantivo más adjetivo (“en matemáticas aplicadas, en ciencias sociales”, “alumnos reacios, profesores deprimidos, presupuesto insuficiente” y bimembraciones (“en lengua y literatura, en física y química”), recursos ambos que, junto con el asíndeton o falta de nexo final contribuyen a prolongar en la mente del lector la enumeración de materias en las que los estudiantes han fracaso. También utiliza la metáfora “qué asignatura es un coladero” y la antítesis “el mundo es cada día más competitivo y nosotros más incompetentes” para expresar de forma plástica el contrasentido expuesto en el primer párrafo entre los resultados obtenidos en cada área y la nota media final. La comparación “el ciudadano se expresa como un protozoo” acentúa el nefasto uso que se hace de la lengua al identificar la expresión del ser humano con la de un animal microscópico, degradando mediante esta técnica esperpéntica a la persona que así se expresa.
El léxico se encuentra en consonancia con el tipo de registro utilizado que es el estándar, aunque con algún uso coloquial (“coladero”, “encogen sus anchos hombros”), mezcla característica del artículo de opinión. También es fundamental el empleo de oraciones enunciativas, como corresponde a un texto que pretende informar.
En conclusión, el texto es periodístico, es un artículo de opinión o columna, en la que el autor refleja asiduamente sus opiniones sobre los más diversos temas. En esta ocasión, refleja su preocupación por el deterioro y empobrecimiento de nuestra expresión lingüística. Se puede decir que el tema es de rigurosa actualidad, pues cuando se publica el texto apenas acaban de conocerse los resultados de selectividad y es este examen el que sirve como elemento de reflexión del mal uso que hacemos los hablantes de la lengua.
TEXTOS HUMANÍSTICOS
Me permitiré, también, una reflexión previa. La palabra televisión se nos ha hecho ya tan usual como el instrumento, el artilugio, en el que tiene lugar ese ‘ver lejos’. Porque esto parece ser que significa la palabra: ver algo que no está en el espacio en el que tiene lugar nuestro acto de ver, nuestra visión.
‘Tele’ es un término griego, utilizado en otros neologismos, y quiere decir ‘lejos’, ‘alejado’, ‘distante’. Sin embargo, los elementos que componen la palabra ‘televisión’ ocultan una cierta ambigüedad. Lo que vemos por ese aparato que nos permite ver lo que ‘no estamos viendo’, o lo que vemos sin nuestro ‘estar’ coincida con el estar de aquello cuya representación nos aparece, no es un ver lejano. Lo que vemos está aquí, en el espacio en el que están nuestros ojos. La pantalla, que nos facilita la visión, se encuentra en el espacio donde está nuestro cuerpo. La lejanía significará, entonces, que aunque lo que vemos se hace presente en el mismo espacio en el que se hayan nuestros ojos, suponemos que su realidad, lo que no es mera imagen, su producción, está en otro sitio. Lo lejano no es, por consiguiente,
un punto en el espacio ante el que nos situamos y que apenas distinguimos. Lo lejano es el reconocimiento de que eso que vemos no tiene su estar en el mismo lugar en el que lo estamos viendo.
Imágenes y palabras (fragmento) de Emilio Lledó
Nos hallamos sin duda ante un texto humanístico, el cual persigue el desarrollo, de forma subjetiva, de un pensamiento propio, que puede formar parte de lo que denominamos ensayo. Esto es, el fragmento propuesto pertenece al ámbito de la filosofía y desarrolla un estilo personal de exponer unas ideas propias, en este caso en torno al término ‘televisión’.
El texto adopta la forma de fragmento ensayístico difundido a través de una publicación del autor: Imágenes y palabras. Lógicamente nos hallamos ante un fragmento, y no ante la obra entera. Por ello, las ideas que hallamos están encaminadas, mediante la exposición, a argumentar una teoría.
Lo que llama la atención es el uso de 1ª pers., muy habitual en este tipo de textos, la cual desarrolla el artículo ensayístico con un uso propio de la dialéctica.
La modalidad presente en el fragmento escogido es la modalidad enunciativa, con cierto valor didáctico, en el sentido de que el autor trata por todos los medios de disertar en torno al término ‘televisión’.
Las funciones que imperan en el texto son la emotiva o expresiva y, en cierto sentido, la poética, dado que el autor del texto dilucida en torno al valor subjetivo de las palabras y su etimología.
La técnica de expresión es la argumentación, con el fin de desarrollar unas ideas propias, en este caso en torno al término de origen griego ‘televisión’, y la enunciación.
En el texto hallamos las siguientes características generales:
a) Abundancia de sustantivos abstractos, dado que este tipo de textos son proclives a su uso extendido, como ‘lejanía’.
b) Estilo personal en el desarrollo de ideas.
c) Periodos sintácticos amplios, con gran uso de subordinadas sustantivas y adjetivas, y además preciso uso de la coordinación (adversativa y copulativa, sobre todo). En este texto también existen abundantes muestras de formas relativas presentadas con el pronombre ‘que’.
d) Uso de adjetivación especificativa, pero también explicativa.
e) Los rasgos esenciales del lenguaje atienden a características como subjetividad, claridad y precisión.
f) El vocabulario es amplio, culto y variado.
Es distintivo en este tipo de textos la coherencia del discurso. Ello se produce por el carácter enunciativo y descriptivo de las ideas del texto. Cada idea conlleva un desarrollo riguroso, tal y como observamos en los textos analíticos y sintéticos. En este caso son elucubraciones en torno al término ‘televisión’.
El canal empleado para la transmisión del contenido es el medio escrito, la edición de libros. Aunque podemos hallar este tipo de texto humanístico en artículos periodísticos u otros medios.
En relación con la adecuación, el emisor es el autor del texto, que debe exponer y argumentar un discurso claro y objetivo (subjetivo según qué términos). El receptor es quien lee el texto, generalmente un lector con una gran capacidad de entendimiento, al tratarse de textos filosóficos.
Desde el nivel morfosintáctico, hay multitud de recursos lingüísticos que afianzan la idea de texto humanístico.
-Dentro del uso de verbo, encontramos un gran empleo de verbos copulativos (sobre todo ‘es’), que tienen carácter enunciativo, y al tiempo es frecuente el uso de perífrasis verbales, usual en los textos tanto de carácter analítico como sintético (‘podrá ver’, ‘parece ser’, etc.).
-Tendencia a utilizar nexos relativos sustantivos (‘lo que’), que le sirve al autor para presentar inicios de frases con valor mediatizador (lo que ayuda para el desarrollo de razonamientos en torno al prefijo ‘tele’).
-Se tiende a la elipsis de elementos de la oración (sujeto, nexos, verbos, etc.).
-Llama la atención el poco uso que hace el autor de la adjetivación en este fragmento. La que utiliza es objetiva y descriptiva, con predominio de adjetivos especificativos: ‘griego’, ‘previa’, Aunque no es raro algún empleo de epíteto, con el fin expreso de enfatizar una palabra: ‘mera’.
-Empleo del determinante, sobre todo de ‘lo’, remarca el carácter neutro e impersonal de muchos términos: ‘lo lejano’.
-Llama la atención las abundantes formas relativas halladas en el texto, en particular en relación con el pronombre relativo QUE, el cual introduce subordinadas adjetivas o adjetivas sustantivadas, junto a nexos siempre relativos (‘lo que’). Todo ello es frecuente en textos de carácter humanístico que pretenden dejar claro la exposición de ideas.
Desde un punto de vista léxico-semántico, se observa que el vocabulario empleado es rico, culto y variado, con empleo de sustantivos abstractos (y términos sustantivados) como ‘lejanía’ o ‘lejano’, desde luego menos preciso que otros tipos de textos, como el científico, el jurídico o cierto periodístico. Al tratarse además de un texto que versa sobre el uso etimológico de una palabra, llama la atención la disertación del autor en torno a aspectos etimológicos del lenguaje.
Así pues, en cuanto a la conclusión de este comentario, diremos que el fragmento propuesto responde a forma de elocución habitual de los filósofos: exponer unas ideas y argumentarlas. No se trata de un texto completo, por lo que no hallamos un proceso especulativo completo: exposición, argumentación, tesis. Aún así se observan con claridad todas las características de los textos humanísticos.