LOS TEXTOS LITERARIOS
Son los textos que pertenecen al dominio de la literatura, una forma especial de
comunicación que usa la palabra con intención artística. Sus rasgos fundamentales son:
Originalidad. El lenguaje literario es un acto de creación consciente de un emisor con
voluntad de originalidad. El lenguaje común está gastado, es repetitivo; el literario debe
ser inédito, extraño, siempre original.
Naturaleza artística. Se usa el lenguaje con voluntad artística, es decir, intentando
crear una obra de arte. No existe, pues, una finalidad práctica, sino estética. (Carácter
desinteresado).
Plurisignificación. Puede tener multitud de significados, según las épocas o lectores,
todos ellos igualmente válidos. En un texto literario no existen significados unívocos (a
diferencia de los textos científicos), el lenguaje está abierto a la evocación y a la
sugerencia, además, por encima de las connotaciones habituales de algunas palabras, es
posible provocar nuevas connotaciones, propias de cada lector, de cada autor o de cada
época en que se recree el texto, al leerlo.
Mundo propio. La literatura crea su propia realidad, una realidad que nada tiene que
ver con la nuestra. La literatura se mueve siempre dentro de la ficción. Tan real es,
literariamente, una novela realista (con personajes que existieron en una época concreta)
como una novela de ciencia-ficción o un cuento de hadas. La realidad de la literatura no
remite al mundo real, sino a un mundo propio, autónomo.
Importancia del significante. En general, podemos hablar de la importancia de la
forma: la literatura usa como materia prima el lenguaje.
La función poética. El lenguaje desempeña una función estética cuando llama la
atención sobre sí mismo, sobre la manera de decir las cosas. El texto literario se
caracteriza por la especial atención que recibe el mensaje
Características pragmáticas o comunicativas
Emisor: es un creador, un artista especialmente dotado de sensibilidad, cultura,
facultades de observación e introspección, y capacidad lingüística, que lo convierten en
un hablante excepcional. Hasta las obras colectivas o populares y anónimas son
originalmente fruto de un artista creador. Dirige su mensaje a un destinatario múltiple;
que bien puede ser minoritario, o bien dirigirlo a "la inmensa mayoría", dependiendo de
su concepción estética
Receptores: serán lectores desconocidos por el autor. Es el receptor el que establece,
voluntariamente o no, aquella comunicación, normalmente en busca de placer,
entretenimiento o ilustración cultural o ideológica. Se trata, pues, de un receptor
universal en el espacio y en el tiempo
Canal: el canal más habitual es el libro, aunque hoy se puede utilizar también el soporte
electrónico. Pero hay otros canales: la canción, la representación teatral. En tiempos
más remotos, el canal era oral, mediante la transmisión de padres a hijos. Este tipo de
transmisión enlaza con las manifestaciones folklóricas y ya no pervive en nuestro modo
de cultura, aunque aún esté presente en ciertas culturas.
Código: el código literario es sustancialmente el estándar común escrito y culto, pero
manipulado especialmente por el autor para causar extrañeza, actuando con una
voluntad de forma.
Mensaje: es unidireccional; en la comunicación ordinaria, el emisor puede convertirse
en receptor. En cambio, la Literatura transmite mensajes con la voluntad de perdurar.
No pueden ser modificados por el autor en función del receptor, una vez emitidos. De
ahí proviene su inmutabilidad. Una máxima literaria establece que "toda traducción es
una traición".
Referente: lo forman la realidad representada y el contexto histórico-literario que se ha
de tener en cuenta para interpretar el mensaje.
Características estructurales.
Al organizar el mensaje, el autor está condicionado por un conjunto de estructuras
anteriores a la obra: las modalidades del discurso, las formas de expresión y los géneros
y subgéneros literarios.
Las modalidades del discurso. Podemos decir que, en principio, el autor literario
recurre a tres grandes procedimientos de construcción del texto, que pueden combinarse
dentro de una misma obra: la narración, la descripción, el diálogo. Cada uno de estos
procedimientos (junto con otros que pueden aparecer, como la exposición o la
argumentación) adquirirá caracterizaciones específicas dependiendo del género literario
al que pertenezca la obra en concreto.
Las formas de expresión. El autor puede escribir su obra en prosa o en verso.
Los géneros literarios. Se establecen, desde la Antigüedad clásica, tres géneros
básicos: épica, lírica y dramática, que se mantienen, con matices, hasta hoy. Los tres
géneros responden al grado de presencia del autor en los textos.
-Lírica: El autor está totalmente presente, pues manifiesta su subjetividad, su mundo
interior. Subgéneros líricos: oda, himno, elegía, canción, epístola, égloga…
-Dramática: El autor está totalmente ausente, sólo oímos a los personajes. Subgéneros
dramáticos; tragedia, comedia, drama, entremés, farsa, sainete, auto sacramental
-Épica o narrativa: El autor se manifiesta a través de un narrador, con el que puede, o
no, estar identificado, y, además, puede que deje la voz a sus personajes. Subgéneros
narrativos: epopeya, poema épico, cantar de gesta, romance, novela, cuento, fábula…
Rasgos lingüísticos
Aunque una obra literaria dé la impresión de reflejar la realidad, se diferenciará siempre
del lenguaje común por la voluntad de forma, por la ordenación y estructuración
intencionada y consciente de los contenidos, por la función estética del lenguaje
utilizado. Esta función actúa en la selección de vocablos, en la combinación de
elementos lingüísticos y en la utilización de las llamadas figuras literarias.
Recursos literarios:
1. De repetición:
· Aliteración: repetición de uno o más fonemas
· Rima: repetición de fonemas al final de los versos.
· Anáfora: repetición de una o más palabras al principio de varios versos.
· Paralelismo: repetición de una estructura sintáctica
· Epíteto: adjetivo explicativo que destaca la cualidad del sustantivo
2. Basados en el contraste:
· Antítesis: palabras de sentido opuesto.
· Paradoja: afirmación contraria al sentido común.
3. Basados en el desvío de lo habitual.
· Asíndeton: ausencia de conjunciones.
· Polisíndeton: abuso de conjunciones.
· Hipérbaton: desorden sintáctico.
· Hipérbole: exageración.
· Comparación: relacionar dos términos por semejanza.
· Metáfora: consiste en identificar dos términos, uno real y otro imaginario.
· Personificación: consiste en atribuir cualidades humanas a seres inanimados.